Te Deum. PP Francisco 31.12.14

La Palabra de Dios nos introduce hoy, de forma especial, en el significado del tiempo, en el comprender que el tiempo no es una realidad extraña a Dios, simplemente por que Él ha querido revelarse y salvarnos en la historia, en el tiempo. El significado del tiempo, la temporalidad, es la atmósfera de la epifanía de Dios, es decir, de la manifestación del misterio de Dios y de su amor concreto. En efecto, el tiempo es el mensajero de Dios, como decía san Pedro Fabro.

La liturgia de hoy nos recuerda la frase del apóstol Juan: «Hijos míos, ha llegado la última hora» (1Jn 2,18), y la de San Pablo, que nos habla de «la plenitud del tiempo» (Ga 4,4). Por lo que el día de hoy nos manifiesta cómo el tiempo que ha sido – por decir así – ‘tocado’ por Cristo, el Hijo de … Continuar leyendo