Audiencia 25.3.2020. PP Francisco

Hace veinticinco años, en esta misma fecha del 25 de marzo, -que en la Iglesia es la fiesta solemne de la Anunciación del Señor-,San Juan Pablo II promulgaba la Encíclica Evangelium Vitae, sobre el valor y la inviolabilidad de la vida humana.

El vínculo entre la Anunciación y el “Evangelio de la vida” es estrecho y profundo, como subrayaba San Juan Pablo en su Encíclica. Hoy nos encontramos relanzando esta enseñanza en el contexto de una pandemia que amenaza la vida humana y la economía mundial. Una situación que nos hace sentir todavía más exigentes las palabras con las que comienza la Encíclica. Estas son: «El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas» (nº 1).

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Audiencia 18. 3 2020. Catequesis del Santo Padre

Hoy hablaremos de la quinta bienaventuranza, que dice: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos hallarán misericordia» (Mt 5, 7). En esta bienaventuranza hay una particularidad: es la única en la que coinciden la causa y el fruto de la felicidad, la misericordia. Los que ejercen la misericordia encontrarán misericordia, serán «misericordiados».

Este tema de la reciprocidad del perdón no sólo está presente en esta bienaventuranza, sino que es recurrente en el Evangelio. ¿Y cómo podría ser de otra manera? ¡La misericordia es el corazón mismo de Dios! Jesús dice: «No juzguéis y no seréis juzgados; no condéneis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados» (Lc 6, 37). Siempre la misma reciprocidad. Y la Carta de Santiago afirma que «la misericordia se siente superior al juicio » (2:13).

Pero sobre todo es en el Padrenuestro donde pedimos: «Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los … Continuar leyendo

Audiencia 11. 3. 2020. Catequesis del Papa Francisco

En la audiencia de hoy seguimos meditando sobre el luminoso camino de la felicidad que el Señor nos ha dado en las Bienaventuranzas, y llegamos a la cuarta: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados”. Ya hemos encontrado la pobreza de espíritu y el llanto; ahora nos enfrentamos a otro tipo de debilidad, la relacionada con el hambre y la sed. El hambre y la sed son necesidades primarias, se trata de la supervivencia. Hay que subrayarlo: no se trata de un deseo genérico, sino de una necesidad vital y cotidiana, como es la alimentación.

Pero, ¿qué significa tener hambre y sed de justicia? Ciertamente no estamos hablando de los que quieren venganza, al contrario, en la bienaventuranza anterior hablamos de mansedumbre. Verdaderamente las injusticias hieren a la humanidad; la sociedad humana tiene una necesidad urgente de equidad, verdad y justicia … Continuar leyendo

Mensaje del Prelado 11-03-2020

Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!

Ante la solemnidad de san José, ya tan próxima, os sugiero acudir personalmente con mayor intensidad al ejemplo del santo Patriarca, como «servidor fiel de Dios en relación continua con Jesús» (Es Cristo que pasa, n. 56).

Desde que Dios quiso hacerse más presente en la vida de san José, vemos cómo se dispone a ser su servidor fiel: ante el misterio de la Encarnación, durante la huida a Egipto, en el regreso a Nazaret y cuando Jesús perdido permanece en el Templo. En aquellas ocasiones, san José procura acoger con prontitud lo que Dios le pide, aunque no fuese lo que inicialmente tenía pensado y a pesar de que podía suponer incertidumbre acerca de su futuro.

San Josemaría nos ayudaba a contemplar también que, «en las diversas circunstancias de … Continuar leyendo