Audiencia 30.1.2020 . Catequesis del Papa

Hoy comenzamos una serie de catequesis sobre las bienaventuranzas en el evangelio de Mateo (5,1-11). Este texto que abre el «Sermón de la Montaña» y que ha iluminado la vida de los creyentes y también de muchos no creyentes. Es difícil no ser tocado por estas palabras de Jesús, y es justo el deseo de entenderlas y de acogerlas cada vez más plenamente. Las bienaventuranzas contienen el «carnet de identidad» del cristiano -este es nuestro carnet de identidad-, porque dibujan el rostro de Jesús, su forma de vida.

Esta vez enmarcamos en conjunto estas palabras de Jesús; en la próxima catequesis comentaremos las bienaventuranzas individuales, una a una.

En primer lugar, es importante cómo se produjo la proclamación de este mensaje: Jesús, viendo a la multitud que le seguía, sube al suave monte que rodea el lago de Galilea, se sienta y, dirigiéndose a … Continuar leyendo

Audiencia 15. 1. 2020. Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Concluimos hoy el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles reflexionando sobre la última etapa misionera de san Pablo en Roma, a donde llega después de un largo viaje, lleno de amenazas y de peligros, pero también de hospitalidad de los cristianos y consolación del Señor. Este es también el viaje del Evangelio, que desde Jerusalén llega a Roma, de donde se extenderá al mundo entero.

En esta ciudad, aun siendo prisionero, Pablo recibió de la autoridad el poder vivir por cuenta propia, en una casa particular, “bajo custodia militar”. Esta situación le permitía recibir libremente a todos los que venían a encontrarlo, a los cuales anunciaba el Reino de Dios e instruía en el conocimiento de Cristo Jesús. Entre ellos había también algunos judíos, a quienes trataba de mostrar, a partir de la Ley y los Profetas, … Continuar leyendo

Audiencia 8. 1. 2020. Catequesis del Santo Padre

El libro de los Hechos de los Apóstoles, en su última parte, nos dice que el Evangelio continúa su camino no sólo por tierra sino también por mar, en una nave que lleva a Pablo, prisionero de Cesarea a Roma (cf. Hch 27,1-28,16), al corazón del Imperio, para que se cumpla la palabra del Resucitado: «Seréis mis testigos… hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8). Leed el libro de los Hechos de los Apóstoles y veréis como el Evangelio, con la fuerza del Espíritu Santo, llega a todos los pueblos, se vuelve universal. Tomadlo. Leedlo.

La navegación, desde el principio, halla condiciones desfavorables. El viaje se vuelve peligroso. Paolo aconseja no continuar la navegación, pero el centurión no le hace caso y se fía del piloto y del armador. El viaje prosigue y se desencadena un viento tan furioso que la tripulación pierde el control … Continuar leyendo

SANTA MISA EN LA SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR. HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

En el Evangelio (Mt 2,1-12) hemos escuchado que los Magos comienzan manifestando sus intenciones: «Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo» (v. 2). La adoración es la finalidad de su viaje, el objetivo de su camino. De hecho, cuando llegaron a Belén, «vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron» (v. 11). Si perdemos el sentido de la adoración, perdemos el sentido de movimiento de la vida cristiana, que es un camino hacia el Señor, no hacia nosotros. Es el riesgo del que nos advierte el Evangelio, presentando, junto a los Reyes Magos, unos personajes que no logran adorar.

En primer lugar, está el rey Herodes, que usa el verbo adorar, pero de manera engañosa. De hecho, le pide a los Reyes Magos que le informen sobre el lugar donde estaba el Niño «para ir —dice— yo también a adorarlo» (v. … Continuar leyendo

MENSAJE DEL PRELADO. 5. 1 2020

Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!

Al comienzo del nuevo año, seguramente habremos recordado lo que decía san Josemaría: «¡Año nuevo, lucha nueva!». Una lucha que necesita, sí, de nuestro esfuerzo, pero ante todo de la gracia divina. Fijémonos en la parábola del sembrador, con el deseo de ser «buena tierra» (Mt 13,8) para recibir el don de Dios, la semilla que dé fruto abundante. Jesús nos ofrece este don cada día en la Eucaristía.

En la sinagoga de Cafarnaúm, el Señor dice: «Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros» (Jn 6,53). Una buena manera de empezar este año puede ser actualizar, con mayor profundidad y agradecimiento, la fe en el amor de Dios por nosotros (cfr. 1 Jn 4,16), que en la Eucaristía se nos hace sacramentalmente visible. Así, … Continuar leyendo