Carta del Prelado (noviembre de 2015)

Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!

Grande es mi dicha por la ordenación diaconal de un grupo de hermanos vuestros, que tuvo lugar ayer en la Basílica de San Eugenio. Dedicándose a las actividades apostólicas de la Prelatura, que es una parte viva del Cuerpo místico de Cristo, estos hijos míos servirán con toda su alma a la Iglesia, tan necesitada de ministros sagrados que luchen por ser santos, doctos, alegres y deportistas en la vida espiritual, como deseaba san Josemaría. Roguemos a Dios con insistencia que nunca falte este don en el mundo entero, con seminaristas y sacerdotes santos en las diócesis.

El comienzo de este mes trae a nuestra mente la verdad tan consoladora de la Comunión de los santos. Hoy recordamos especialmente a los fieles que ya gozan de la Santísima Trinidad en el Cielo, … Continuar leyendo